Me encanta el refranero español, pero si hay un refrán que me parece desacertado es el que dice: ¡piensa mal y acertarás! ¿Cómo podemos esperar ser felices pensando mal por la vida? anticipándonos a las cosas de manera negativa, pensando que las personas me la “van a jugar”… a esas personas que defienden este refrán y que tienen un pensamiento que les hace sufrir, va dirigido este artículo.
Como psicóloga, me dedico a enseñar a mis pacientes que no es lo que ocurre lo que nos hace sentir de una manera u otra, sino lo que nosotros pensamos sobre lo que ocurre. Así pues, y más siendo tú el que puedes controlar tus propios pensamientos, ¡piensa bien! Y cuando digo “pensar bien” me refiero a pensar racionalmente.
El problema es que, a veces, sin darnos cuenta, no pensamos racionalmente, pues se cuelan en nuestra mente unos “bichitos” mentirosos que nos hacer interpretar la realidad de manera distorsionada sin percatarnos de ello y esto, amigos y amigas, nos produce con mucha frecuencia infelicidad. A esos bichitos, los psicólogos les llamamos distorsiones cognitivas.
Así pues, ¡qué mejor que conocer algunas de ellas para estar atentos y no dejar que se cuelen en mi mente y lo enturbien todo!
–Visión catastrófica: este es el “bichito” que te produce, sobre todo, miedo y ansiedad. Se dedica a anticiparte de manera negativa a todo, en ponerte en lo peor para ti mismo, sin prueba alguna. La palabra clave de esta distorsión es: ¿y si me ocurre a mí tal cosa? Por ejemplo, escuchamos por la televisión que ha aumentado la probabilidad de padecer cáncer de piel, y la persona piensa inmediatamente: ¿y si me pasa a mí?
–Magnificación: a este “bichito” le encanta meterse en tu cabeza durante largos periodos de tiempo para preocuparte sobre un tema determinado y así darle más y más importancia, haciendo que ocupe todo tu día, generándote un estado emocional de agobio, preocupación y estrés. Es lo que conocemos por “darle a las cosas más importancia de la que tienen”, dándole vueltas y más vueltas en la cabeza y diciéndonos que lo que me ha ocurrido es horrible e insoportable.
–Los deberías: este “bichito” es inflexible y estricto. Se dedica a decidir cómo tienen que suceder las cosas. Cualquier desviación de estas normas o reglas, la considera intolerable e insoportable, haciéndonos sufrir cuando algo no sale como se supone que debería. Por ejemplo: un vecino no me saluda al salir del portal y me digo: “debería saludarme”, cometo un error, y me repito: “no debería cometer errores”, una persona me anula una cita poco antes de la hora: “no debería hacer eso”. Puede que la vida fuera más fácil si todo fuera como queremos, pero desgraciadamente no es así, y el esperarlo, sólo nos generará tensión emocional y constante frustración.
Si estamos alerta a estos tres “lobos con piel de cordero” que luchan por entrar en nuestra mente y confundirnos respecto a la realidad, os aseguro que viviremos más felices. Debemos desenmascararlos y darnos cuenta de que, al final, ni pasan tantas cosas malas como nos montamos en nuestra cabeza, ni a veces las cosas son tan importantes cuando pasa el tiempo, ni merece la pena esperar que todo salga como queremos.
Para terminar, os dejo dos frases que me encantan y que podrían resumir todo lo que os he explicado:
“Mi vida estuvo llena de terribles desgracias, la mayoría de las cuales nunca sucedieron“. Montagne.
“Preocuparse es como una silla mecedora, te da algo que hacer, pero no te lleva a ningún lado” .Van Wilder.
Esmeralda Vázquez Conchas
Psicóloga Directora del Centro de Psicología y Salud Integra.